jueves, 7 de julio de 2011

Reinventa Tu Negocio.

Aprendiendo a Aprender.
  
Según explica Peter Senge, disciplinas del aprendizaje continuo que resultan vitales para construir una organización inteligente son las siguientes.

Atención: A la hora de la transformación, es clave que sean aplicadas no sólo por el líder, sino por todos los miembros de la empresa.

Dominio personal: Las personas con esta habilidad son capaces de alcanzar los resultados que más les importa. 

Nuevos modelos mentales: Nuestras formas de pensar o paradigmas pueden restringir nuestra visión del mundo y la forma en que actuamos. 

Visión compartida: La clave es que la vocación personal de cada miembro del equipo (lo que da sentido a su vida y su trabajo) esté alineada con la de la empresa. 

Trabajo en equipo: Es una realidad que si pensamos en grupo, surgen mejores ideas, y si todos trabajamos en la misma dirección, los resultados llegan más rápido. 

Pensamiento sistémico: Consiste en ver las situaciones que vivimos en términos de sistemas globales, de causas interrelacionadas, y no como efecto de una sola causa. 

El mensaje está claro: en general, el factor más importante de éxito de un negocio es la capacidad de tomar y ejecutar bien las decisiones clave para la organización. 

Potencia Tu Lado Innovador.

Dale a tus empleados la libertad para innovar: No hay cambio posible sin creatividad. Así que crea el ambiente y los espacios propicios para que tu personal sienta que puede proponer ideas nuevas, incluso en áreas en las que no trabaja directamente. 

Capitaliza el error. Dar permiso para crear también implica aceptar que todos podemos equivocarnos. En el caso de GSP, los errores no están permitidos en áreas clave como administración y facturación, pero sí en el desarrollo de nuevos negocios. 

Aumenta el entusiasmo de tus colaboradores: Pregúntale a tu gente qué es lo que más los impulsa e inspira en su crecimiento profesional y personal. 

Asume siempre tu responsabilidad. Cuando tengas que resolver un problema en tu empresa, empieza por preguntarte a ti mismo: ¿qué tanto tienes tú que ver con él?.

Piensa dos generaciones adelante: Imagina tu negocio dentro de 50 o hasta 100 años, aún cuando no creas que tu producto o servicio pueda durar tanto en el mercado. Este tipo de análisis te ayudará a pensar, por ejemplo, qué tendrás que hacer en la próxima década para que tu oferta siga siendo atractiva para tus clientes o en qué nuevos mercados podrías incursionar.

Como líder, no debes condenar el error: tienes que capitalizarlo.   

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